Cuando Fuimos Profesionales

1er Equipo


14/03/2016
Cuando fuimos profesionales

Real Aranjuez C.F. A - 1ER EQUIPO


Resultado: 0 - 1

Fecha: 13/03/2016

Hora: 11:30

Estadio: Aranjuez - Est. Mpal. El Deleite (Hb)

El Aficionado B logra una victoria importantísima en casa del Real Aranjuez en un partido pleno de emoción. Un gran trabajo colectivo y la actuación de matrícula de honor del guardameta José Ángel permiten a los franjirrojos asaltar la zona noble de la clasificación.

"El partido más difícil del mundo" era el otro titular posible para esta crónica. Pero realmente se antojaba escaso para toda la amalgama de experiencias acumulada por la primera plantilla de la Agrupación Deportiva Colmenar Viejo este pasado fin de semana a orillas del Tajo. Un fin de semana en el que, realmente, el equipo -a todos los niveles- se dio a sí mismo la oportunidad de ponerse y probarse en la piel del profesionalismo, del trajín de las maletas, la morriña que esconden videollamadas a casa, los "pórtate bien, que vais a un partido". Quedan para los que disfrutaron la experiencia, las anécdotas, los comentarios, los "Chendiii", etc..lo importante, y lo que queda para todos, es que el equipo respondió como correspondía, a todos los niveles. Nadie perdió en ningún momento la perspectiva del por qué y para qué estaban allí. 

El calendario había emparejado esta semana a los franjirrojos frente a uno de los grandes equipos de la categoría, un Real Aranjuez que no solo es uno de los históricos de la categoría sino del conjunto del fútbol madrileño. La mañana amaneció fresca y soleada, ideal para la práctica del fútbol sobre el cuidado césped del Estadio del Deleite, una maravilla de instalación que amaneció con ganas de fútbol. Si de La Mina, el estadio del Real Carabanchel, dijimos en estas mismas líneas que evocaba la sensación de fútbol que debe generar Anfield (quién sabe si algún día podremos confirmárselo alguno de los presentes), del Deleite podríamos afirmar que su empaque y entusiasmo recuerdan en cierto sentido al Westfallen de Dortmund, con una grada que acabaría llenando de vida el encuentro con cerca de 400 espectadores, unas dimensiones perfectas y ese aroma a fútbol de kilates que solo el césped natural puede evocar. 

Y fútbol de kilates fue lo que se vio sobre el césped arancetano. No se nos deben caer los anillos, y entramos ya en materia, por dejar patentes en estas líneas como el equipo rojillo fue el gran dominador durante prácticamente toda la primera mitad desde el pitido inicial del señor colegiado.  La propuesta de fútbol directo del conjunto anfitrión comenzó a darles buenos resultados desde su primera acción ofensiva, lo que unido al tremendo derroche físico de sus efectivos sobre el verde acabó suponiendo una prueba de fuego para una zaga formada por Eric y Víctor como laterales, con Dani y Maillo en el eje de la misma. Además, al partido se le empezó a poner pinta de reválida también en el aspecto puramente competitivo, que es el eufemismo más apropiado para decir que iba evolucionando a un partido de los llamados de pierna fuerte, saltando chispas en los duelos individuales que se vivían especialmente en el centro del campo, lo que trajo consigo un constante chispeo de tarjetas para ambos conjuntos. Tras algún acercamiento peligroso por parte de los locales, el Colmenar no conseguía conectar los circuitos entre el centro del campo y la delantera, pero si había ofrecido algún susto en forma de juego vertical buscando a Adri y Anto, fighting fire with fire que cantaba la rubia de The Cardigans. Pero el dominio local era incesante, y estos empezaron a poner a prueba los corazones serranos con un par de disparos sobre la meta de Jose Ángel, a modo de teaser de lo que vendría minutos después. 

Y lo que vino minutos después fue un Aranjuez desbocado sobre la meta colmenareña que lanzaba cañonazos por todas las vías posibles. Y un ángel, Jose Ángel, convertido en una suerte de Bond, James Bond cuando se pone el smoking, que ofreció una de las mayores exhibiciones que recuerda haber vivido en directo este cronista, especialmente a manos de un portero. No menos de cuatro goles cantados de todos los tipos y formas (saque de falta, disparos lejano, remates a bocajarro...) toparon con los guantes del guardameta serrano, que mantuvieron en pie al equipo visitante ante los ojos abiertos de par en par de cuantos presenciamos el encuentro ante el acoso y derribo del equipo local. Tal fue la magnitud de la actuación que parte de la afición anfitriona llegó a reconocer -en un gesto admirable por la deportividad y remarcable por la infrecuencia- la actuación del portero visitante con aplausos tanto al descanso como a la finalización del encuentro, lo que habla tan bien de la propia afición del Real Aranjuez como de la labor del guardameta.  

Llegó el descanso. Y el encuentro seguía con el resultado inicial. Y ocurrió que la segunda parte fue radicalmente distinta. 

Si el Real Aranjuez había ofrecido un clínic sobre cómo realizar un gran juego directo, posiblemente el mejor de la categoría, el Colmenar salió del vestuario no solo viendo el envite sino subiendo la apuesta. Y comenzó a tirar de juego coral. Con Castillo excelso -pese a lastrar una tarjeta desde los primeros minutos- ejerciendo como centro de gravedad del equipo, el Colmenar comenzó a encontrar a Nevado, Jorge y Guillaume, quienes a su vez establecían cada vez más conexiones y con mayor peligrosidad con Anto y Adri en la vanguardia. Y ocurrió que el Colmenar empezó a amagar sin llegar a dar, como dejando miguitas hacia el camino del gol, con varias acciones combinativas que le fueron permitiendo asentarse en campo rival acompañadas de algún susto para los locales. Un primer disparo de Adri salió alto pero dejó un márchamo de peligro. Poco después, Nevado y Jorge terminaron de ensamblar el sistema y tras combinar con Guillaume y este con el propio Adri, solo centímetros separaron el pie de Anto de empujar el pase de la muerte de su compañero. La peor noticia llegó instantes después con Jorge teniendo que abandonar el césped por lesión pendiente de evaluar mientras estas líneas son escritas, pero por aquello de hacer de la necesidad virtud, el Colmenar introdujo a Hugo, el hombre de las gestas épicas, más pólvora para romper el empate. 

Poco después ocurrió. Tras un córner botado desde la izquierda, el balón fue despejado hacia el propio lanzador, oh capitán mi capitán David Nevado. Este encaró al defensor y donde se esperaba un centro a la olla hubo una finta que le dejó solo para el golpeo. A la finta la sucedió un estruendo de aviones arrancando, y un pase perfecto de Nevado con rosca al segundo palo. Y hasta tres aviones se lanzaron en formación a por ese balón, Dani, Anto y Hugo. 

Y fue Anto quien materializó todo con su gol. La razón de la concentración, las risas, las sonrisas, el frio de entrenar hasta las tantas tantos días, los pelotazos, los golpes, las lesiones, hasta los tabiques partidos. Precisamente tuvo que ser el autor del gol del encuentro de ida fue quien conectara un remate inapelable a la red arancetana, poniendo a los suyos por delante. Y los suyos estaban sobre el césped, en el banquillo y en la grada. Eran muchos. Y todos felices. 

El gol de Anto llegó en el minuto 72. Lo que dejaba previsiblemente más de 25 minutos por delante. Y quedó claro desde la misma reanudación del juego que el partido se podría convertir en otro distinto. El Colmenar fue realizando pequeños movimientos para generar el contexto que más podría interesarle, el que ponía como más probable el 0-2 que ningún otro resultado. Y comenzó incorporando a Diego por un exhausto a la par que brillante Guillaume. Y Diego respondió desde su primera intervención con lo mejor de su repertorio, pidiendo el balón para darle continuidad al juego del equipo serrano, sorteando los intentos de robo del rival con esa manera tan suya de caracolear entre piernas rivales, encarnando una especie de dulce venganza de los que nunca fuimos de los altos de la clase. Y sus compañeros se contagiaron aún más, y que mejor ejemplo que evocar una gran jugada combinativa por todo el frente del ataque, en una especie de coast to coast en versión diagonal, el balón fue superando líneas y rivales hasta llegar a Eric en la zona del extremo, quien puso el esférico al corazón del área donde el equipo rojillo pudo contener ese segundo tanto que hubiera sido la sentencia.

Poco después, hacía su debut con el primer equipo el aún juvenil Adrien Loens, una de las perlas de la cantera colmenareña. A modo de guiño del destino, o como ejemplo vivo de cómo un club puede partir de la base de la formación y competir con garantías, otro canterano también llamado Adri fue el encargado de darle la alternativa sobre el césped de El Deleite, al que saltó en la recta final del encuentro para terminar de apuntalar el encuentro desde una retaguardia en la que junto a los mencionados Maillo y Dani conformó el bloque antiaereo que se encargó de frenar las acometidas del Aranjuez, agigantándose por instantes. 

Y junto a ellos, Ceve saltó para poner en apuros con su velocidad punta, de la que les hablaremos otro día, a la cada vez más descubierta retaguardia del Real Aranjuez. De hecho, tras una buena prolongación de Hugo, el 17 colmenareño puso en apuros a la zaga local.

Pero el destino del partido ya estaba escrito. El Real Aranjuez puso cuanto estaba en su mano, hasta su guardameta subió para rematar un córner para buscar el empate que evitar que el Colmenar se llevara los tres puntos de su feudo, pero la franja entera defendió aquel balón desde Pablo y el lesionado Jorge hasta al resto del banquillo remaron para conseguir esta victoria. Sirva como referencia de la dificultad que ello suponía un simple dato: Hasta la fecha solo tres conjuntos habían logrado no ya ganar, sino simplemente puntuar en El Deleite. 

El Colmenar, tras un brillante partido en el que supo, primero, aguantar el chaparrón de fútbol de tan importante, duro y honorable rival y posteriormente, sacar lo mejor que tenía dentro para conseguir su objetivo, ser el cuarto equipo en tan exclusiva lista. 

Después pasaron más cosas, como mirar a la grada y ver la cara de orgullo de otras personas del club, de padres y madres de jugadores, de amigos como Fer a los que les brillaba la mirada por la victoria. Y más tarde volver a casa y ver esa sonrisa de "el fútbol me importa un comino...pero cómo me alegro por ti" que seguro vio más de uno.

Este fue el día cuando fuimos profesionales.

Quién sabe si, teniendo en cuenta el margen de mejora y cómo este grupo garantiza el trabajo duro de lunes a viernes, solo es el primero de ellos.

Representaron a la Agrupación Deportiva Colmenar Viejo y a toda su Escuela: José Ángel, Eric, Víctor, Dani, Maillo, Castillo, Nevado, Jorge (Hugo), Guillaume (Diego), Anto y Adri (sustituido por Adrien Loens).

 

 

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