Ante el corpulento equipo de los Escolapios que nos puso las cosas muy difíciles desde el comienzo, solventamos el compromiso con nota.
Partido serio. Enfrente uno de los tres equipos que, junto a nosotros, estaban invictos hasta esta jornada. Y desde luego tiene razones para estarlo. Bien plantados sobre el tapete con un estrecho marcaje, mantienen a raya a nuestros chicos que apenas tiene espacio.
No obstante, con una serenidad que en ocasiones casi resulta temeraria, desde luego para los seguidores menos acostumbrados a este juego, el Colmenar mantiene la posesión con pases acertados y triangulando con Ulises e Iván como vértices y Hugo y José como prolongaciones punzantes por la banda.
Poco a poco nos fuimos estirando. Pablo, con la visión de juego que le da situarse justo por delante de la defensa, casi siempre encontró la salida más clara del balón, que con una avidez constante recuperaba al adversario.
Así las cosas, llegó la primera oportunidad con un pase en profundidad de José que Carlos combinó con Guzmán. Primer aviso.
Los Escolapios seguían buscando la forma de traspasar el ordenado centro del campo y con pases a la espalda de la defensa a punto estuvieron de lograrlo, pero una y otra vez la velocidad de nuestros centrales lo impidió. Iván, inconmensurable, sacó esa sexta velocidad que le hace llegar todos los balones y además jugarlos con criterio.
Hugo se fue desperezando y con varias incursiones por la banda sirvió balones de mérito a Díaz que por muy poco no consiguió desequilibrar el marcador.
Finalizó el primer tiempo sin goles, pero con un dominio de nuestro equipo en todas las facetas del juego y un contrario que, bien posicionado, corría detrás de un balón sabiamente combinado por Marcos, Longa y Carlos.
Tras el tiempo de descanso, la composición del tapete no varió mucho. En los primero minutos el adversario nos trató de encerrar. Damián por fin se estrenó y tuvo que blocar un par de disparos y la nueva composición defensiva con la inclusión de Octavio en el centro y el desplazamiento de Iván al lateral derecho, se comportó con la misma contundencia y seriedad que el primer tiempo.
Tras cuarenta minutos sobre el campo en los que trató de buscar el pase a la mejor opción y defendió con seriedad, Longa fue sustituido por Mario, que sólo necesitó seis para acabar con cualquier ilusión de victoria de los Escolapios. La magia se apoderó de él y la emoción nos atrapó, avanzó, dribló y con un cambio de pierna sideral lanzó un zurdazo muy lejos del alcance del cancerbero contrario que apenas pudo estirarse para recoger el balón del fondo de su portería.
Ahora ya con menos presión y más fantasía sobre el campo, el Colmenar trenzaba jugadas sin dar opción. Los Pozueleros corrían tras el balón que pasaba de Marcos a Carlos, de Carlos a Hugo, de Hugo a Pablo G., de Pablo G a Guzmán y así hasta que en el minuto cincuenta y cuatro Mario es parado con un claro penalti cuando ya se internaba en el área y él mismo lo trasformaba en el definitivo 2 - 0.
La última crónica del año pasado terminaba con una pregunta lanzada al viento, digital claro: ¿qué nos deparará la temporada próxima? Bueno pues ya empezamos a encontrar alguna respuesta. Para empezar, nos ha traído una gran ilusión por un nuevo proyecto. El alevín A se ha formado con chicos de varios equipos de la temporada pasada y lejos de ser un hándicap se ha convertido en una gran ventaja. Con dos meses de entrenamiento Nevado y Castillo han conseguido que formen un grupo y jueguen como tal. Nos queda toda la temporada por delante para disfrutar con estos jugadores del deporte que más nos gusta.
Jugaron: Damián, José (Octavio), Ulises, Iván, Hugo, Pablo, Marcos, Carlos, Longa (Mario), Díaz (Pablo G.) y Guzmán.
¡AUPA AGRUPA! Y un fuerte ánimo para Dani, ¡ te esperamos pronto!
