Sobre Lo Posible Y Lo Probable

Juvenil A


03/11/2014
Sobre lo posible y lo probable

JUVENIL A - Real Madrid C


Resultado: 1 - 2

Fecha: 01/11/2014

Hora: 18:00

Estadio: Colmenar Viejo - Alberto Ruiz (Ha)

El Juvenil A plantó cara a un Real Madrid que sudó tinta para llevarse la victoria del Alberto Ruiz. Los de Miguel Angel Expósito completaron noventa minutos espléndidos quedándose a las puertas del empate.

Uno nunca sabe bien cómo afrontar semanas como la de enfrentarse al Madri, ese equipo, esa institución centenaria, que necesita de dos manos para contar las Copas de Europa que contemplan sus vitrinas y que pese a detalles como lucir un traje rosa chillón siguen impregnados de la esencia de los campos de tierra que les vieron nacer en 1902: la competición pura. Y cuando decimos “cómo afrontar” no nos referimos tanto al qué hacer en los entrenamientos, o cómo plantear lo que no deja de ser un partido de fútbol, sino a saber modular en qué punto de nuestro estado de ánimo nos encontramos y si ese es el apropiado. En términos científicos, hablamos de inteligencia emocional. En términos coloquiales, no dejarse llevar por las circunstancias. Les cuento yo –que aún lo tengo reciente- que a lo largo de esa semana se vive un auténtico carrusel de emociones.

Hay momentos en que tu cerebro –acaso tu alma- se refugia en lo probable: lo más lógico es el revolcón, que la cosa acabe en enfermería según los términos taurinos, que por H o por B hasta tengan esa pizca de suerte en forma de bache en el césped o golpe de silbato y tras el primero haya que refugiarse bajo un paraguas ante la lluvia de goles.

Pero también hay momentos –hay días y días- en que esa parte intangible del ser humano se refugia, se acomoda y hasta sube los pies a la mesa del salón de Lo Posible, piensa en puerta grande, mientras recuerda que en otras ocasiones –innumerables- David ya ha vencido a Goliat con un balón de por medio.

No es fácil encontrar ese punto medio. Ni siquiera podríamos decirles si es lo más recomendable un punto medio o más dosis de un ingrediente que otro. Solo se que cuando un jugador te pregunta en semanas así ¿Cómo ves el partido del sábado? Hay que cuidar no lanzar las campanas al vuelo, pero tampoco dar un mensaje funerario. En este vestuario, jugadores y cuerpo técnico lo sabíamos. Y desde el lunes a las ocho de la tarde nos pusimos manos a la obra. Había que llevar el partido del chaise long de la zona de lo probable (niégome a llamarlo zona de confort) a las sillas de enea de la zona de lo posible. Y si a la hora de teorizar este cronista es todo dudas, a la hora de analizar la semana del equipo estoy absolutamente seguro: el Madrí podía haber preparado el partido más tiempo pero en ningún caso, en ninguno, lo pudo preparar mejor que el Colmenar. Como mucho igual de bien.

Y con esa seguridad que da el llegar a un examen sabiéndotelo al dedillo se presentaron los locales al Alberto Ruiz, en la última tarde de descuento del verano. Hasta el tiempo acompañó para el partido, que comenzó reproduciendo sobre el verde cuanto se había hablado dentro de la caseta frente a una pizarra, el equipo rosa (ay, Señor Pérez) tiraba de variedad de registros ante la resistencia colmenareña liderada desde atrás por Adrién Loens y Jose Manuel Jerez, flanqueados por Chicho y Pablo Botey, quienes acabaron con nota el examen –acaso oposición- al que les sometió el equipo merengue “Capacidad de reacción a balones cruzados”. En la zona central, Gil e Ivan acumulaban kilómetros en todas direcciones a la par que ofrecían ideas, mientras Diego y Cristian ensamblaban la ballesta dispuesta a lanzar a las flechas Forcano y Kike hacia la meta madridista. No entrara la crónica hoy mucho mas en sistemas, en el tipo de juego que se vio sobre el césped, etc…no tanto por no hacer informes gratis de scouting a otros (igual un poco también), sino por no enmarañarla mas. La primera parte resultó un choque con las espadas en alto que acabó repartiendo los roles, el primer tiro a puerta fue franjirrojo, el primer tiro al palo fue madridista y una polémica arbitral en cada área, se reclamó posible penalti en el área madridista a favor de los locales (que no se pitó) y la afición local clamó (y reclamó) por fuera de juego del 9 del Real Madrid en el gol que les daba ventaja en el marcador. Los uys comenzaron a ser más recurrentes a medida que se acercaba el descanso, gozando el Colmenar de suficientes oportunidades como para al menos haber puesto las tablas en el electrónico.

Se llegó 1-0 al descanso. El partido no solamente no estaba muerto, sino que estaba de parranda.

Y aunque el marcador dijera lo contrario, el primer round futbolístico había caído para el equipo de casa, alejando el partido de la zona de lo probable.

Una vez reanudado el encuentro, este paulatinamente fue alcanzando su punto de cocción, y llegó quien sabe si la acción clave en el desarrollo del mismo, cuando tras un córner a favor del conjunto serrano el balón rematado dio en la madera, cayendo el rechace de nuevo a pies franjirrojos y el nuevo remate acabó, one more time, repelido por el marco. Dice el tópico que el que perdona la paga, y ocurrió que poco después tras ser beneficiados por un rechace, el Juvenil C del Madrid ponía tierra de por medio con su segundo gol, esta vez de disparo cruzado.

Y cuando los mas agoreros se mesaban las manos pensando en sacar el paraguas, el Colmenar con su capitán Uge a la cabeza, decidió que No. Que allí no habría ninguna lluvia de goles madridistas, con una segunda parte del meta colmenareño de las que mantiene a los equipos en pie cuando a alguno le tiemblan las rodillas. Y sobre esa seguridad cimentada desde atrás, el Colmenar fue incorporando a Monir, Portillo y Arroyo, sumando nuevos talentos a su propuesta y de paso un puñado de energías al conjunto pues además el esfuerzo físico estaba siendo más que admirable. Y con tanto esfuerzo como desparpajo, llegó el gol colmenareño, en una jugada entre Pablo Botey y Kike en la que este último –que se había convertido en un quebradero de cabeza para la defensa madridista- acabó pisando area madridista, sirviendo un precioso y preciso pase de la muerte –o de la vida- que Carlos Forcano, nuestro máximo goleador, acabó rematando a la red. Marcarle un gol al visitante de esta ocasión, que solo había recibido tres goles en ocho partidos, no hace sino doblar en importancia el hecho del 1-2, pero a su vez pone de relieve la dificultad de la empresa que era marcar el deseado empate a dos. Con la retaguardia bien asentada, el Colmenar dio entrada a su última bala de plata en la figura de David Lillo, en pos de ese gol que arrancara un punto de oro. El partido acabó fracturándose por el mediocampo, generándose espacios y oportunidades para ambos conjuntos, siendo la más clara para los visitantes con un balón que Jerez sacó bajo palos. El Colmenar, que nunca agachó la cabeza, siguió buscando percutir ofensivamente hasta el pitido final. Y sin embargo, pese al empuje de todos los compañeros desde el banquillo con Jose Jiménez a la cabeza, de compañeros como Leles lesionados en la grada, de otros compañeros de equipos del club, de padres, de amigos, y de cuanta alma empujaba a favor del Colmenar, el fútbol no entiende de poesías y el 1-2 fue el resultado definitivo.

Y sin embargo, creo que pese a poder haber estado más felices de haber llegado ese empate, ninguno de los presentes podíamos estar más orgullosos. Y este fragmento de la historia del Colmenar ya le pertenece a esta plantilla. El trocito de historia que dirá que el Juvenil A de la A. D. Colmenar Viejo consiguió que su escudo plantara cara al escudo de uno de las mayores instituciones del fútbol mundial el 1 de Noviembre de 2014.

El mismo trocito de historia que contará que un día, dijera lo que dijera el marcador, lo posible venció a lo probable.

Respect for: Uge, Chicho (Arroyo), Adrien Loens (Portillo), Jerez, Botey, Alex Gil, Ivan (Monir), Diego, Cristian, Carlos Forcano, Kike (Lillo), y Jose A. Jimenez y todos los componentes del Juvenil A.

CARGANDO... POR FAVOR ESPERE