En un partido áspero para el espectador, el primer equipo franjirrojo suma una importante victoria que le afianza en el grupo de aspirantes que encabeza la clasificación.
Ocurre que a veces el mundo (¿la vida?) te plantea dos veces la misma piedra (o muy similar) en el camino como envidándote al tropezón. Algo así puede extraerse como moraleja de lo ocurrido este pasado domingo sobre el césped de un Alberto Ruiz que amaneció menos gélido que siete días antes pero que acabó regalándoles a sus aficionados una nueva sonrisa para la hora del vermut.
Eran muchos los paralelismos con la jornada anterior, por lo que el Colmenar saltó al césped con la lección aprendida respecto a la extrema dificultad que supone alcanzar cualquier victoria frente a cualquier rival en esta categoría, por lo que alejó de sí mismo (vade retro!) el mínimo atisbo de triunfalismo al que pudiera inducir una mirada traicionera a la clasificación. Créanme que si hay una jornada en la que puede fiarse uno de la tabla clasificatoria desde luego no es esta. Se esperaban los colmenareños un partido de los llamados a cara de perro y la contienda no decepciono. Desde el primer minuto se vieron los caminos que habían decidido tomar ambos conjuntos para tratar de alcanzar la victoria. El CD San Roque optó por esperar su mejor opción al contraataque mientras que el Colmenar asumía con gusto la posesión del esférico, los caminos del Señor son inescrutables, y los del fútbol, además de variados, totalmente legítimos.
El equipo local comenzó bien la contienda. Partiendo de un buen ritmo de circulación de balón, la construcción de la jugada iba pasando los diferentes check-points hasta llegar a las zonas más sinuosas de la mitad de campo visitante, comenzando a palparse sensación de peligro desde la primera posesión franjirroja. Tal fue así que antes del minuto 10 el Colmenar consiguió romper la igualdad, al servir Víctor desde la esquina un espectacular servicio que Anto remató -así como es él, tan impecable como implacable- a la red del conjunto visitante, confirmando los buenos augurios que se venían viviendo en el coliseo colmenareño. El gol quizá por su madrugadora aparición -quizá pese a ella- no trajo excesivas variaciones sobre el desarrollo del juego, si bien es cierto que conforme avanzaban los minutos el ritmo comenzó a decaer en la misma medida que el San Roque lograba dificultar las conexiones colmenareñas por el centro, donde Castillo, Jorge, Jose Manuel y oh capitán mi capitán Nevado topaban con una especie de pista americana de obstáculos. Como haciendo de la necesidad virtud, en esos instantes la amenaza franjirroja se tornaba exterior, con buenas incorporaciones de Isma y Víctor en los momentos apropiados. La mejor ocasión para aumentar la ventaja en el marcador llegó tras una magnífica cabalgada de Adri volcado al costado derecho, quien soltó un potente chut que el seguro guardameta de los de Barajas no logró atajar en primera instancia, pero supo remachar la acción ante la llegada de Anto dispuesto a rebañar en la ocasión de gol. En honor al conjunto visitante cabe destacar el peligro que rezumaban sus acciones a balón parado, las cuales junto a fugaces contras supusieron un gran argumento ofensivo en este primer acto.
El segundo tiempo comenzó con una tónica similar con el Colmenar, por qué no decirlo, sin terminar de encontrarse a sí mismo, como si Bill Murray hubiese optado por otro hotel o por quedarse contando ovejas en lugar de bajar a conocer a (pónganse en pie) Scarlett Johansson en "Lost in Traslation". La sensación de "todo va bien pero esto es muy mejorable" del protagonista en la cinta de Sofía Coppola parecía irse apoderando de la franja conforme pasaban los minutos, especialmente a medida en la que en lugar de ojeras, al Colmenar le iban brotando oportunidades del rival.
Para renovar intenciones, el equipo local hizo dos sustituciones. En primer lugar, Christian sustituyó a un esforzado Adri al que además de una gran sensación de peligro se había dejado unos centímetros de carne de tobillo sobre el césped. Acto seguido, fue Vivi el que saltaba al terreno de juego en sustitución del capitán Nevado, quien cedió el brazalete a Castillo. La incorporación de ambos trajo buenas noticias en forma de juego para los serranos, Christian comenzó a examinar, y de qué manera, la capacidad de reacción de la defensa rojinegra mientras que Vivi aportó buenas dosis de dominio en la zona de tres cuartos, permitiendo al Colmenar momentos de respiro de un partido que amenazaba con convertirse en un correcalles. Ambos tuvieron buenas acciones que pudieron haber supuesto el llamado "gol de la tranquilidad". Christian provocó más de un quebradero de cabeza y aportó una vía de escape para sus compañeros en todo momento, mientras que Vivi, asistido por Anto tras una jugada nacida en el costado, lanzó uno de sus zurriagazos a la madera. Sin embargo, pasaban los minutos y el marcador permanecía inamovible. Es más, Pablo hubo de obrar su particular milagro hacia el ecuador de esta segunda mitad, con una intervención plena de reflejos tras un disparo visitante desde el pico del área de meta.
En vista de cómo el partido terminaría definiéndose en las áreas, el Colmenar, ya de por sí bien provisto en la vanguardia, dio entrada a Dani de las Heras para terminar de apuntalar el trabajo defensivo de una retaguardia convertida en bloque antiaéreo de la mano de Maillo, Edu y el mencionado Dani quien desempeñó con brío las misiones que se le habían encomendado, con un Colmenar bien arropado en el que nadie dudo en arremangarse para achicar aguas cuando hizo falta.
Finalmente, los tres pitidos del árbitro dieron por concluido un encuentro que quizá no fue el más atractivo, pero que sin duda mostró, como la semana pasada, grandes dosis de madurez por parte del Colmenar.
Y quizá esa sea la receta del éxito. Atractivo y madurez. A Bill Murray le sirvió hasta con Scarlett Johansson. Detalles.
Jugaron: Pablo, Isma, Víctor, Maillo, Edu, Castillo, Nevado (Vivi), Jose Manuel, Jorge, Adri (Christian) y Anto (Dani).
