El Aficionado B encadena su tercera derrota consecutiva pese a su dominio en la visita al campo del líder, un Leganés B que sacó petróleo de sus ocasiones.
Si este cronista pudiera hacer una crónica sin hacer mención al resultado créanme, y sé que suena poco humilde, que podría ofrecerles un argumentario de dos o tres tomos sobre cómo los de Pedro Pablo Díaz se desenvolvieron sobre el césped del anexo a Butarque. Porque, a varias personas pongo por testigo, los franjirrojos volcaron el césped durante la mayor parte del encuentro que nos ocupa en dirección a la portería local. Podríamos enumerar las numerosas ocasiones de peligro que pusieron al Leganés B al borde del precipicio, o una única oportunidad aislada en toda la primera mitad en la que el equipo pepinero se acercó tímidamente a los dominios de Pablo.
El fútbol es como es, los aficionados somos como somos, y habrá quien diga que todo esto es poesía. Le invito a ver el partido en vídeo. Habrá quien diga que el resultado es lo que manda, y yo le diría que el resultado, por mucho que sea el juez supremo en el deporte, es circunstancial, y que si el Colmenar llega a meter un gol incluso con las posaderas la historia hubiera sido distinta, sin duda. Y muchos testigos lo corroborarían. Entre medias, dos zarpazos del Leganés, que es un señor equipo y un equipo señor, que dio una clara muestra de la efectividad necesaria para ser un líder inquebrantable, definieron el resultado del choque.
Por eso esta crónica no va a limitarse a enumerar las ocasiones del Colmenar, resultaría vacuo enumerarlas. Pero sí diremos que Anto, Hugo y Adrián cuando se incorporó generaron esa amenaza constante que es lo que realmente se debe exigir a un delantero. Y que Jorge dio rienda suelta a su talento y lució galones, visión de juego y una mentalidad ofensiva que le ponen al nivel de muy pocos en la categoría.
Tampoco diremos que el centro del campo fue la mejor bisagra para que el equipo fuera una roca inquebrantable. Pero no se puede pasar por alto el papel de un bregador Nevado, de un Diego inspiradísimo que parecía Luka Modric en guapo, de un luchador Guillaume que tuvo que subirse al partido en marcha- Y de Don Pablo del Castillo, quien mostró un nivel estratosférico en transiciones e incorporaciones al ataque.
Tampoco diremos como sufrió el conjunto rival (máximo goleador de la categoría) para superar a nuestra defensa y portero. Maillo y Eli no solo cortaban las opciones de raíz, sino que ponían la semilla para los ataques visitantes. Isma y Víctor no solo franqueaban sus zonas laterales, sino que aportaban camiones cisterna de oxígeno en sus incorporaciones ofensivas, mientras que Eme se sumó sin apenas tiempo para romper a sudar, pero se le advierten ganas, muchas. Y Pablo hizo todo aquel trabajo invisible que se le puede exigir a un portero, y en el visible pese a no conseguirlo, trató de ponerle diques al mar.
Tras la ausencia de estas crónicas la semana pasada, la de esta parecía predestinada a ser un cuento navideño. Pero no. La vida es eso, una sinfonía agridulce, como cantaba The Verve. Y sobre las siete de la tarde volvimos a casa cansados. Y dolidos. Y muy jodidos, disculpen la palabra malsonante.
Entonces recordé como uno de los jugadores no convocados, presente en el campo, me dijo en el descanso "que envidia de los que están jugando". Y recordé las últimas dos semanas de entrenamiento, en las que los jugadores iban como aviones. Y me di cuenta como todos, cuando nos volviéramos a encontrar con esa persona que nos dio un beso antes de salir de casa y nos dijo "que ganéis!", volveríamos a verles así de fastidiados, pero con la cabeza alta y el escudo reluciente. A los escudos se les saca el brillo con lágrimas, bien de rabia por la derrota o bien de euforia por la victoria.
Este equipo, unido, solidario, con calidad, que entrena de manera incontestable, le va a seguir sacando brillo al escudo.
Si tiene que ser con lágrimas de derrota, que así sea.
Pero ya veremos. Hasta la palabra "agridulce" termina en dulce.
Felices fiestas a todos de parte de:
Pablo, Isma (Eme), Víctor, Maillo, Eli, Castillo, Nevado, Diego (Guillaume), Jorge, Anto, Hugo (Adrian) Angulo, Davide, Jose Angel, Ceve, Dani, Eric, Vivi, Pedro Pablo, Octavio, Juampe, Nacho, Viktor, y Jose.
