Carpe Diem Un 2017 De Cine

1er Equipo


18/12/2017
Carpe Diem - Un 2017 de cine

C.F. Pozuelo de Alarcon A - 1ER EQUIPO


Resultado: 1 - 3

Fecha: 17/12/2017

Hora: 12:00

Estadio: Pozuelo - Valle De Las Cañas 1 (Ha)

El primer equipo de la Agrupación logra una importante victoria en casa del Pozuelo por 1-3 que le permite poner un broche dorado al 2017. El equipo de Pedro Pablo Díaz jugó un excelso encuentro en lo ofensivo durante 60 minutos y después supo aguantar defensivamente ante el incesante acoso de un Pozuelo que nunca bajó los brazos.

Ya saben ustedes que estas crónicas vienen sazonadas, seguramente más de lo recomendable, con abundantes referencias a la música, el cine, o las series de televisión. En ciertas ocasiones, hasta el destino pone su guiño para colaborar en ellas. Por ejemplo, no fue casualidad que la primera victoria de la temporada pasada fuera "Abriendo el circulo", la primera de la segunda vuelta "trazando el circulo" y la última "Cerrando el círculo". Ese círculo venía inspirado al 50 % por el espectacular rendimiento del equipo durante todo el año y al otro 50 % por gran parte del disco "El Circulo", de Kase O. Pueden preguntar a Pablo Cámara o a este servidor si necesitan más referencias.

En alguna ocasión les he contado como el mayor quebradero de cabeza para este cronista son los títulos de las crónicas. Y siendo sinceros, la primera opción que me vino a la mente para la que nos ocupa fue "La tumba solitaria de Paula Schultz", en alusión a ese pasaje del segundo volumen de Kill Bill, en el que Bud arroja viva a Beatrix a una tumba, enterrada bajo varios metros de arena. Todos los malos dan por finiquitada a la protagonista de la cinta pero una vez en la tumba, la protagonista recuerda su entrenamiento con Pai Mei, con especial ahínco en cómo este le mostró el "one inch punch", o puñetazo a una pulgada, así como el dolor físico y mental que este le supuso durante su proceso de entrenamiento. Ese dolor, se acaba traduciendo en aprendizaje. Y ese aprendizaje en la llave de su supervivencia. Sin ser este cronista crítico de cine, debo decir que me parece de las mejores escenas grabadas en los últimos 36 años, y que para colmo cuenta con la música que la acompaña ("Larenna" de un tal Ennio Morricone)  para rizar el rizo. Tal es así que más de una vez me he llevado una reprimenda de mi señora por permitir a mis hijas ver ese pasaje de la película. Y seguramente me la llevaré más veces, ya se lo anticipo. 

No es nada difícil establecer un paralelismo entre lo que ocurre en esa escena y la realidad del primer equipo de la Agrupación en este final de 2017. Penúltimos en la clasificación, dos puntos sumados de los últimos 12 en disputa. Pero todo eso siendo cierto, eran números. Ahí no se refleja la marcha de los partidos, ni las dinámicas de entrenamiento, ni otras cosas que se cuantifican pero solo de puertas para adentro. Ahí no se refleja tampoco ese tutelaje de Pai Mei, por momentos cruel de pura exigencia. Ese tutelaje que supone sembrar sin saber siquiera cuando vas a recoger ni qué vas a recoger.  Y a veces uno no ve ni esa sonrisa que luce el propio entrenador cuando ve que el pupilo realmente se está dejando el alma para conseguir progresar. 

El partido se presentaba bonito, con un sol que aliviaba el frio sobre el espectacular nuevo césped que hace relucir aún más las también espectaculares instalaciones del Valle de las Cañas. El rival no necesitaba tampoco de presentaciones adicionales: El Pozuelo, todo un clásico de la tercera división madrileña. Un proyecto que no solo cuenta con la estabilidad necesaria y la experiencia añadida encarnados en la figura de un mítico de la tercera división como su entrenador Chema Ramos sino que en su caseta cuenta con una plantilla lo suficientemente experimentada y poderosa como para plantearse los objetivos más elevados dentro de la categoría. Si como muestra vale un botón, el Pozuelo, previo al partido que nos ocupa, acumulaba dos meses sumando puntos a su casillero, lo que hablaba muy a las claras de su gran estado de forma.  

Y si el partido se presentaba bonito, no defraudó. Desde el primer instante el encuentro parecía olvidarse de diferencias en la tabla clasificatoria y mostraba a dos equipos dispuestos a sacar las mejores armas que disponía para tratar de alcanzar los puntos el juego. El Colmenar se mostró cómodo desde el calentamiento, y pese al arreón inicial del equipo local, comenzaba a mostrar su argumentario defensivo, con el portero Sebas al frente y la defensa formada por Víctor Salgado, Huertas, Ivo y Maillo como peaje previo a las oportunidades rivales. Pero más allá de los principales baluartes defensivos, el equipo franjirrojo se mostraba solidario en todas las líneas, desde la punta del ataque con Anto y Vivi hasta los ya mencionados defensas,  el equipo se movía como un todo, juntando líneas que complicaban la labor ofensiva del equipo verdón. Paulatina pero no casualmente el campo comenzó a inclinarse hacia la meta local, y Castillo, Julián en su retorno a la titularidad, Jose Manuel y Sergi tuvieron buena culpa de ello, capaces de administrar el balón mientras las balas silbaban entre las trincheras, y generar opciones para que otros compañeros aprovecharan los pasillos hacia la gloria. El botín comenzó a asomarse en forma de córners a favor en los que se empezaba a olfatear el peligro, con Sergi ejerciendo de quarterback e Ivo Shamov comenzando a dejar una estela en el aire a cada saque de esquina. Y como en la variedad está el gusto, en el cuarto saque de esquina fue Víctor Salgado quien acudió a su puesta en marcha. 

Y en lugar de puesta en marcha, fue más bien puesta en largo. Como cronista debo confesar que ansiaba el momento de poder escribir el primer gol de Víctor Salgado con la elástica colmenareña y tras tres años de espera había imaginado que este llegaría (porque estaba claro que iba a llegar) de una y mil formas. Pero había mil dos, y lo que pasó me/nos dejó sin palabras. La vida tiene estas cosa y de repente en el mismo fin de semana Luka Modric es nombrado mejor jugador de una final ganada por su equipo, los 49ers vuelven a vencer, el equipo de fútbol sala que tu fundaste y en el que aún juegan tus amigos gana al primer clasificado e invicto de su liga, y Don Víctor Salgado Rodríguez, saca el mejor córner posible y marca un gol olímpico que pone en pie a toda la parroquia colmenareña presente en el Valle de las Cañas. Además con ese "algo" especial que tienen los goles marcados por los menos habituales en el apartado anotador que todo el equipo lo celebra con la mayor alegría posible, como con un pegamento invisible que recubre a todos los del vestuario.  

El golazo de Víctor no solo puso al Colmenar en ventaja, sino que le puso frente al espejo para recordar todo aquello de lo que es capaz cuando cada uno de sus componentes cumple con aquellas misiones que se le han asignado, y por ahí acabó llegando el segundo gol colmenareño. Tras una salida de balón en corto del conjunto pozueleño, la magnífica presión de Sergi acabó poniendo el primer ladrillo, el balón llegó a Julián, quien lo entregó a Castillo, quien divisó la incorporación de Jose Manuel en dirección al balcón del área. Allí, nuestro Lukita conectó con Vivi, lanzando la pared en dirección a la portería. Pero el siete optó por la vía de la sorpresa, y súbitamente cambió los violines por la percusión. Y de qué manera. Giró sobre su eje para la sorpresa de casi todos los presentes y soltó un zambombazo marca de la casa a la cepa del poste de la meta local,  poniendo de golpe y plumazo el 0-2 en el luminoso del estadio y la guinda a una primera parte que comenzaba a rozar lo antológico por momentos, mirando incluso más allá de la ventaja numérica en un marcador que no se movería más de aquí al descanso más por acierto de ambos conjuntos en el apartado defensivo que por deméritos en el ofensivo. 

El segundo acto trajo consigo un pequeño cambio de roles. El conjunto de Chema Ramos trataba de iniciar su asedio a la meta visitante por tierra, mar y aire, mientras que los hombres de Pedro Pablo Díaz trataban de no soltar la manija del encuentro, a través del control del esférico. En la primera ocasión que esto se produjo con cierta fluidez, llegó el tercero de la mañana. Tras una falta sobre Julián, Castillo aprovechó para reanudar la jugada sobre Vivi, en tres cuartos de campo, con Jose Manuel llegando al apoyo y Anto con los motores arrancados. Vivi asistió al 21 colmenareño quien controló el esférico en el área ante la intimidante oposición de los centrales del Pozuelo, para devolver el esférico a al 7 franjirrojo, quien primero, escondió el cuero al mundo. Y después, volvió a sacar otra tomahawk desde la frontal, que trazó la parábola justa para superar al guardameta, golpear en el larguero con virulencia y acabar besando por este orden, césped y mallas de la portería del equipo anfitrión. El Colmenar volvía a abrazarse en piña (detalles!), pero se hacía necesario ser consciente de cómo al partido le quedaban cosas por pasar. Y a no tardar mucho pasó la primera. El Pozuelo comenzó a volcarse al ataque y en la primera que tuvo tras el tercer gol visitante, acabó logrando su primer tanto de la mañana. Tras una brillante acción por el costado, el balón fue colgado de primeras al área colmenareña, donde fue repelido por la defensa, pero el rebote acabó en poder de un jugador libre de marca, quien acabó fusilando la meta de Sebas en otro gol de espectacular factura. Parecían prohibidos los goles menos estéticos en esta mañana de domingo.

Si la casa Stark (y HBO) nos decían hasta el cansinismo que se acercaba el invierno en su día, al Colmenar no le hicieron falta recordatorios de ningún tipo para advertir que había que defender el muro al norte de los siete reinos con uñas y dientes. Tenía el Colmenar frente a sí un ejercicio de resistencia numantina en el que se haría preciso que todos y cada uno de los integrantes de la expedición, presentes en el césped, el banquillo o la grada supieran jugar sus mejores bazas y dejarse el pellejo, el sudor, las neuronas y/o la voz, según el caso de cada. Y por parte del banquillo comenzaron a llegar los primeros ajustes tanto a través de sustituciones -dando el relevo Oh capitán mi capitán David Nevado, Edu y finalmente Hassan a Julián, Sergi y Vivi, receptores todos ellos de merecidos aplausos a su retirada- como de ajustes de naturaleza táctica que permitían al conjunto visitante ir paliando la peligrosidad de las acciones del Pozuelo. Aún con todo y con eso, de nuevo destacó la sobriedad de Sebas en la portería, repeliendo con efectividad las acciones en que el balón superaba las líneas defensivas y ponía rumbo a la red. E incluso cuando todo ello fue superado, apareció el palo de la portería para evitar el segundo tanto que hubiera puesto al conjunto local a tan solo un gol de la hazaña. Pero tan cerca estuvo ese gol de llegar como el posible cuarto para los visitantes, cuando Anto, tras una buena combinación en tres cuartos, se hizo con el esférico con rumbo hacia la meta pozueleña. Fue derribado en la frontal y el lanzamiento de Víctor trazó buena parábola pero no cayó lo suficiente. El reloj marcaba cerca del minuto noventa, a los que el colegiado añadió tres más adicionales, que se vivieron y sufrieron, pese a la distancia de dos goles, que exigen rivales y campos tan exigentes como el que nos ocupan. Siendo sinceros, se vislumbran pocas maneras diferentes para alzarse con la victoria en esas circunstancias lo cual habla francamente bien del Pozuelo.

Llegó el pitido final del árbitro y la alegría se festejó tanto por los colmenareños de toda la vida o adoptivos  presentes en el propio estadio del Pozuelo, como en las instalaciones del Alberto Ruiz, como en las casas de las familias que no se habían desplazado al partido, con la alegría que merecía. Audios de whatsapp de los que sacan la lágrima incluidos.

Con ello el Primer Equipo del Colmenar pudo cerrar su 2017, el año del cincuenta aniversario del club, con un bonito broche dorado. Tanto en lo futbolístico como en lo humano, el año que empieza a dar un pasito al lado tuvo momentos tan bonitos como duros, tanto de victoria absoluta como de derrota inconsolable, tanto de alegría como de pena, e insisto, tanto en lo humano como en lo personal. Este equipo se propuso paladear cada momento, en entrenamientos, en partidos y en la vida, que es lo que pasa entre ellos, como rememorando al profesor de "El club de los poetas muertos". Carpe Diem. Y con eso ponemos el punto final a este 2017 de cine. 

Jugaron juntos, sonrieron juntos, se dejaron el pellejo, el sudor, las piernas, la voz, las neuronas...y les desean unas Felices Fiestas: toda la plantilla y cuerpo técnico del primer equipo de la Agrupación Deportiva Colmenar Viejo. 

Y recuerden lo que dijo el poeta Ibarra: Lo mejor es lo que queda por venir. #YoCreo.

CARGANDO... POR FAVOR ESPERE