Pese a la buena reacción de la segunda parte, el Juvenil A cayó derrotado frente al Leganés en el césped del Alberto Ruiz en la antepenúltima jornada de liga.
Tengo poca inspiración a la hora de escribir estas líneas. El partido fue probablemente el peor de la temporada. Teníamos un objetivo bonito, alcanzar los 62 puntos en 36 jornadas, algo que ningún Juvenil de la ADCV ha conseguido hasta la fecha en autonómica. Pensé que el sábado por la noche no debía escribir la crónica. Estaba demasiado enfadado. No con el equipo. No con los jugadores. No con el entrenador. Ni siquiera conmigo mismo. Estaba enfadado con el fútbol.
Necesitaba abrir las ventanas. Oxigenar el cerebro. Reconciliarme con el fútbol. Hice todo lo posible por lograrlo.
Por la noche, tras ver una película de risa facilona, empecé a leer “Go long” la biografía de un señor que se llama Jerry Rice. A muchos de ustedes ese nombre les suena a chino, no pasa nada. A algunos, si han visto alguna vez fútbol americano igual les suena. Ahí tienen wikipedia si quieren averiguar sobre él. Si me pongo a contarles un poco mi vida (one more time) les diré que si mi infancia tuvo como ídolo a Fernando Hierro y en mi juventud a Raúl González, la adolescencia fue dominada por el tal Jerry Rice. Un señor que fue capaz de hacerme ir a EEUU de intercambio con 15 años solo por conseguir su camiseta, imposible de conseguir en la España de los 90.
Abrí el libro. Y llegué a una parte en la que hablaba de sus records. Y de repente Jerry Rice me soltó el sopapo en la cara. Cito casi literalmente: “Si me propongo correr una distancia en tres minutos y tardo tres minutos y un segundo ¿es que he fracasado? Michael Jordan falló casi la mitad de los tiros de su carrera. ¿Eso significa que no sea el mejor?”
Un señor que no sabe ni de mi existencia me estaba hablando. Y sin querer obviar el amargo sabor de la derrota en este sábado, en el que pese a empezar ganando con un penalti provocado por Villa y convertido por Diego, pronto comprendimos que no era nuestro día....recordé mil momentos maravillosos que hemos vivido esta temporada todos los que componemos el vestuario del Juvenil A. Como celebrar fundidos en un abrazo todos un gol en el minuto 95, como recibir elogios hacia los jugadores por parte de cuerpos técnicos del campeón y subcampeón de la categoría, como ver a los jugadores disfrutar dejándose la piel pese a fríos o calores terribles durante los entrenamientos de todo un año, como apoyar a jugadores que han ido cayendo lesionados toda la temporada, como realizar un temporadón pese a contar con solo 16 jugadores disponibles durante el 90 por ciento de la temporada.
Este cronista, de todos los que han pasado en algún momento por este equipo, incluidos varios componentes de los magníficos Juvenil B y Cadete A, hace 365 días no conocía a ninguno. Y el esfuerzo de todos ellos así como del entrenador me ha hecho soñar. Las paradas imposibles de Durán, la inmensa proyección de Uge, la seguridad de Marlon, el entusiasmo de Asier, la sobriedad de Rober, la electricidad de Kike, la potencia de Sarri, la jerarquía de Edu, el descaro de Adrien, la calidad de Julio Serrano, la finura de Aguirre, el dominio de Julián, la constancia de Alex Gil, la visión de Diego, la potencia de Alex Ventura, la exquisita técnica de Mansilla, el poderío de Villa, la excelencia de Alex Romero, la versatilidad de Johan, la tenacidad de Carlos Forcano, el empuje de Joaquin, la habilidad de Pablo Botey, la naturalidad de Jose, el saber hacer de Arroyo, la destreza de Usan, el ímpetu de Kike, y la ilusión en los ojos de Quiroga, Charly, Jose, Emilio, Santi, Nistal, Esteuris, Lillo y cuantos han entrenado alguna vez con nosotros. Y la excelente lectura de partidos de un señor llamado Miguel Angel Expósito, entre otras muchas cosas.
Les he visto crecer como personas, mejorar como futbolistas, les he visto plantar cara a equipos poderosos de escuelas importantísimas de fútbol con tres o cuatro plantillas de juveniles, les he visto meter el nombre de AD Colmenar Viejo entre los mejores de su categoría, he oído a comentaristas de tv aplaudir su propuesta de fútbol y su manera de afrontar las circunstancias por adversas que fueran.
Así que me creo en condiciones de afirmar que, a falta de dos partidos, y aunque se tarden tres minutos y un segundo en lugar de tres minutos, la temporada de este equipo es un gran victoria en sí misma.
Hasta Michael Jordan falló la mitad de los tiros a canasta que hizo durante su carrera.
