El Juvenil A no pudo aprovechar la superioridad de 2 jugadores durante más de 35 minutos pero consigue sacar un punto de la difícil visita al EFMO Boadilla “A” equipo que hasta el domingo contaba partidos por victorias y aún no había encajado ningún gol.
Hay empates y empates, como domingos y domingos. Para este cronista el fin de semana empezó con una invasión de hormigas en casa que acabó convirtiéndose en algo así como una batalla entre el ser humano y la naturaleza tratando de reclamar lo que un día fue suyo. Las primeras hormigas aparecieron la mañana del sábado y recordé que alguien me había comentado alguna vez que la sal era útil para establecer una barrera que no pudieran superar los pequeños insectos a modo de la barrera sónica que usaban en Perdidos para detener al Humo Negro. Y este domingo empezó con las hormigas volviendo a la batalla por lo que un día fue suyo. A otras hormigas no lo se, pero a estas les aseguro que la sal si les da algo, desde luego, es risa.
Igual se me ha ido la mano con la épica y las referencias a la cultura popular, pero les prometo que esto tiene que ver con lo ocurrido en Boadilla apenas 4 horas después.
La primera parte del encuentro de este, su Juvenil A, comenzó con susto para la afición local, pues a los pocos minutos los franjirrojos botaban un córner y un cabezazo de Adrien Loens casi acaba por romper la imbatibilidad de los de Boadilla. El central marcó los tiempos perfectamente y puso en el remate el mismo acento que sobre la E de su apellido, pero el testarazo salió pegado al palo izquierdo de la portería. Y con perdón si se les hace la crónica breve, pero bien podría decirse que ahí prácticamente se acabaron las buenas noticias para los franjirrojos y el EFMO Boadilla “A” comenzó a volcar el campo contra nuestros intereses y a indicar dónde, cuándo y cómo se jugaba este partido, con a un Colmenar que vivía sus peores instantes desde el inicio de la competición, mas por falta de acierto que de esfuerzo. A este grupo le podrán algunos discutir lo que quieran –allá ellos, si los hay- pero quede claro que este núcleo de jugadores el esfuerzo no lo negocian. No obstante, tanto fue el cántaro rival a la fuente que acabo roto dos veces, la primera tras un rechace no resuelto por parte colmenareña en el área de castigo y el segundo con la jugada más vieja del mundo y que sigue sin perder un ápice de belleza: pase a la espalda de central y lateral, pase al centro del área y remate.
Ese segundo gol espoleó a la Agrupación y tras el saque de centro vimos la primera jugada combinativa destacable y algo después el primer tiro a puerta, que llegó en el min. 45. Tal era el panorama que los tres pitidos del árbitro sonaron a pura vida.
Al regreso prácticamente no dio tiempo a ver cómo iban evolucionando los acontecimientos cuando estos se desataron. En apenas tres minutos, el conjunto local recibía dos expulsiones por doble amarilla que le dejaban con muchísimos minutos por delante en inferioridad, mientras los colmenareños recibíamos una misteriosa nota:
Ahí lo tenéis. Ya es cosa vuestra.
Saludos de vuestro Ángel de la Guarda.
Y pese a que llegaron dos goles (obra de Cristian a pase de Monir en el área y del propio Monir, quien se reencontraba con el gol en partido oficial) especialmente cuando el partido alcanzó el –a la postre definitivo- empate a dos y máxime tras dos tiros a los palos, percibimos que al partido nunca terminó de ponérsele cara de remontada. Y disculpen si no entro en detalles pero tampoco vamos a favorecer el trabajo de scouting de los rivales venideros y nos guardemos los análisis más profundos para la caseta.
En el viaje de vuelta en el autobús, tratando de refrigerar la mente me refugié en youtube cuando la madre de uno de nuestros jugadores pronunció la frase que me sacó la primera sonrisa en dos horas al decir que (sic) “Todas las experiencias tienen algo positivo. Todas.” Con tremenda rotundidad.
Y recordé el partido, y mi experiencia con las hormigas y el fracaso de la sal como “barrera sónica”.
Nada de borrón y cuenta nueva en esta ocasión. Lección y cuenta nueva. Creo que no hay mejor opción posible cuando se trata de un grupo humano y deportivo como este que nunca negocia el esfuerzo.
Jugaron: Uge, Arroyo, (Chicho), Portillo (Alex Gil), Adrien Loens, Jose Jerez (Jose Martínez), Ivan, Cristian, Diego, Lillo (Monir), Carlos Forcano y Jose A. Jiménez.
