En un partido que acabó convirtiéndose en una ida y vuelta constante, el Aficionado B no pudo remontar la renta de dos goles con que el Arganda se puso al inicio de la segunda mitad, pese al esfuerzo de todo el conjunto franjirrojo, que no jugó un mal partido.
Pese al frío, pese al largo desplazamiento, pero fiel a lo que promete un encuentro entre equipos que se acompañan en la tabla, el choque que nos ocupa comenzó vigoroso, como con ciertas prisas por ambos bandos, deseosos de confirmar las buenas sensaciones con que habían iniciado el presente 2016, con victorias abultadas. Poco a poco fue haciéndose con el control de la situación un Arganda que concedía algo más el balón a su adversario pero lograba que este se jugara, como máxima cortesía, en la zona central del campo. Ahí, mientras tanto, el Colmenar chocaba contra el muro rojillo allá donde se cruzan los caminos, en la zona de tres cuartos, sin lograr conectar con los delanteros ni poner en apuros al guardameta local salvo con algún desplazamiento lejano, como en un balón profundo de Víctor a Adri que insinuaba peligro.
El Arganda, conjunto más experimentado, no se dio por aludido pero ya tenía la meta de Pablo en el visor, y en acción que se inició con una recuperación en la zona anteriormente señalada, comenzó a poner puentes hacia el gol, y en una jugada esas que va pareciendo que sí pero resulta que no, el balón acabó llovido en el segundo palo, donde el delantero del Arganda no perdonó, poniendo el 1-0 en el marcador en un gol que además llevaba un mensaje recordatorio implícito. En esta categoría no importa tanto la gravedad del error, sino su existencia. Y cada error es castigado, en ocasiones, como la presente, sin proporcionalidad. Sin perdón.
Esa fue la parte negativa en lo que respecta a la franja. En la parte positiva, hay que poner en el debe de los colmenareños como nadie se "fue" del partido, y comenzó a interpretar mejor su participación en el mismo, sin llegar a generar ocasiones más que de fogueo para poner el empate en el marcador pero con el cuchillo entre los dientes. Y eso también es síntoma de la madurez que está alcanzando este equipo, que lo cortés no quita lo valiente.
El segundo acto trajo consigo los primeros cambios. Vivi sustituyó al siempre voluntarioso Eric y comenzó a inclinar el campo hacia los intereses colmenareños desde su primera intervención aunando peligro con un manejo de los tiempos que permitieron al Colmenar crecer ofensivamente, ocupando cada vez más posiciones ofensivas, probando suerte Castillo desde la frontal. Y sin embargo, de nuevo otro error acabó suponiendo el 2-0 para los locales quienes tras un saque de banda en las cercanías del área, mal defendido por los serranos, veían como el árbitro señalaba el punto de penalti. Sin Perdón 2.0.
Y no es que llegara una reacción, ni sonó música de Ennio Morricone ni ninguna metáfora de esas épicas que tanto gustan al cuarto poder, departamento deportes. Ocurrió que pese a la difícil empresa, acaso epopeya, que podría suponer remontar al equipo menos goleado de la categoría, en su propia casa y con nocturnidad y alevosía, el Colmenar subió dos marchas más. Y comenzó a generar más y más peligro, a lo que sin duda contribuyó la aportación de un banquillo en el que todas y cada una de las incorporaciones (Anto en el ataque, Angulo en el eje de la defensa, y Eme por el costado derecho) de esta segunda mitad no solo supusieron piernas frescas sino criterio y calidad para lograr alcanzar tan difícil propósito. El partido acabó desbocándose y se sucedieron ocasiones en ambas porterías, y tanto fue el cántaro a la fuente que finalmente Adri acabó cazando un rechace en el área visitante para anotar el 2-1. Con 10 minutos por delante, cualquier resultado parecía posible, y se alternaron los uys con los ays en ambas áreas. Finalmente, se consumió el descuento, y el Arganda se alzó con los tres puntos de un partido emocionante. Y el Colmenar con un buen puñado de ejemplos de cómo, aun teniendo defectos por pulir, cada día es más equipo. Este cronista va a terminar permitiéndose parafrasear al gran Manolo Preciado (Que en Paz descanse): ni la semana pasada eramos el Bayer Leverkussen, ni ahora somos....
Nunca se rindieron: Un tipo de más de metro noventa al que seguimos llamando Pablete (Felicidades!), Isma (Eme), Víctor, Maillo, Eli (Angulo), Castillo, Eric (Vivi), Nevado, Guillaume (Anto), Jorge y Adri.
