El Aficionado B desplegó su versión más coral y exuberante frente a un Olímpico de Lisboa que no pudo contener a los franjirrojos a partir del primer cuarto de hora.
El mes de Enero de 2016 se despedía del Alberto Ruiz con una mañana de sol y fútbol para los aficionados locales, una mañana que marcaba el inicio de la segunda vuelta de la competición de la Preferente Madrileña, y que dejó un poso de sensaciones positivas para la familia franjirroja.
El comienzo del encuentro, no obstante, no fue con pétalos de rosa cayendo sobre nuestros gladiatori. Pese a disponer del dominio del balón, los colmenareños no terminaban de proyectarse hacia las profundidades del medio campo defendido del conjunto visitante, quienes de hecho dispusieron de las primeras ocasiones de la contienda, incluido un disparo a puerta cuyo bote hizo un extraño ante el que Pablo reaccionó a tiempo y el poste izquierdo colaboró rechazando el balón a córner. Para colmo de males, en la peor noticia que dejó el partido, Víctor sufrió una lesión en su tobillo y hubo de ser sustituido cuando el encuentro cumplía su primer cuarto de hora, incorporándose Ceve al lateral izquierdo. Con el transcurrir de los minutos, el Colmenar fue haciéndose con el timón del encuentro, un timón que ya no volvería a soltar. Con Dani y Angulo formando sociedad ilimitada en el centro de la defensa, la banda derecha comenzó a agitar la coctelera por medio de Isma y Nevado, quienes amenazaban por ese flanco. En la sala de máquinas, Castillo y Maillo comenzaban a encontrarse con Jorge, lo cual significa peligro, lo cual significa acariciar zonas erógenas en lo futbolístico, con perdón por lo de zonas. ¿Y los delanteros? dirán ustedes. Pues los delanteros andaban velando armas. Y tras un par de amagos, fabricaron el primero de la mañana, Anto recibió por el flanco derecho. Aceleró. Aceleró más. Levantó la vista y encontró a Adri en el corazón del área, logrando el punta colmenareño con un formidable remate de cabeza el 1-0. Los buenos siempre se complementan, y si son buenos de verdad, se abrazan. Como hicieron primero Anto y Adri, y luego todos sus compañeros. Detalles.
El primer gol expuso algo más al conjunto visitante quienes valientes, en el mejor sentido de la palabra, adelantaron sus líneas tratando de ahogar la salida del Colmenar y cortar las vías de comunicación por el centro, y pese a lograrlo en repetidas ocasiones, una gran acción de mediocampismo puro, que dejaremos sin detallar para no hacer gratis trabajo de scouting a futuros rivales, Jorge se encaminó de nuevo hacia la meta rival, flanqueado por sus dos delanteros en pos de recibir la asistencia. Anto fue el elegido, y de nuevo aceleró para ganar la posición al rival. Levantó la vista, aguantó la mirada al destino y eligió lado, resolviendo el mano a mano de manera sublime. Más abrazos. Más ventaja. Mas sonrisas. Mas Colmenar.
Solo dos minutos más tarde, el partido terminó de romperse, cuando de nuevo Jorge, tiró de escuadra y cartabón al divisar a Adri lanzado hacia la espalda de los rivales. Lanzó un pase en profundidad de esos reservados a los ilusionistas que el punta colmenareño convirtió en este orden en un mano a mano, en un regate al meta rival, en un remate escorado, en el tercer gol del equipo y en una nueva escala del vuelo ADCV2016. El 3-0 no solo no hizo levantar el pie del acelerador. Castillo puso en pie a la afición colmenareña con una jugada espectacular desde el balcón del área que incluyó, control, pisada, cambio de ritmo, regate y mano a mano, a la que solo le faltó la guinda del gol, mientras de nuevo Jorge dispuso de un mano a mano en el que él portero alcorconense repelió tras aguantar de manera fenomenal.
Tras el descanso, Eric sustituyó a, oh capitán mi capitán, Nevado, quien llegaba al encuentro entre algodones pero lo había abandonado con la barra de respeto un 30 % más llena, queridos jugadores de Grand Theft Auto. Un par de reajustes tácticos supusieron un mayor dominio del mismo para el equipo anfitrión, a lo que hay que añadir el desgaste sufrido tras el titánico esfuerzo físico y mental de un Olímpico que llegaba al estadio colmenareño con prácticamente los efectivos justos pero que nunca dejaron de dar la cara, algo a todas luces reseñable. Además de la incorporación de Eric, el técnico local dio paso a Eme, quien sustituyó de manera más que solvente a un Isma que se llevó una de esas ovaciones que se suelen negar a los laterales, posiblemente la posición más olvidada a la hora de recompensas sociales en esto del balompié, pese a su importancia capital en cualquier equipo del universo. Minutos después de la incorporación de Eme, una nueva acción en la vanguardia colmenareña acabó con Anto recibiendo un balón en el área visitante, regateó el portero, y donde los humanos veíamos un remate difícil a gol, el genio vislumbró una sensacional asistencia a Eric, quien esperaba con la caña para poner el 4-0 en el marcador del Alberto Ruiz. Apenas tres minutos después, tras otra nueva cabalgada de Ceve por el costado izquierdo, un magnífico centro de este era rematado por Adri que de golpe y golazo redondeaba su hat trick, arrancaba de nuevo el avión y dejaba a los miembros de la dirección deportiva con la duda de si reclamaría su balón como manda la tradición, dada la escasez de "Brazucas", balón de gran calidad pero en serio peligro de extinción.
Acto seguido, José Ángel Napi sustituyó a Pablo bajo los palos colmenareños. Y por si alguien pensaba que el cambio iba a ser poco menos que testimonial, José Angel demostró estar preparado para cualquier reto con dos acciones que salvaguardaron la siempre buscada "portería a cero" (o clean sheet para los angloparlantes y los estupendos). Primero, tras una intervención plena de reflejos a un potente chut esquinado que amenazaba la escuadra franjirroja, y poco después, deteniendo una falta desde la frontal que pasó por debajo de la barrera, que provocó el aplauso de los presentes. Llegaron nuevas ocasiones para los locales amen de cómo, cada incorporación de Dani y Angulo en jugadas de balón parado significaba ese cosquilleo de posible gol. No sería a balón parado sino otra nueva jugada combinativa la que acabó cerrando el marcador, cuando Maillo me lo confirmó. Se plantó en el área, habilitó a Jorge en el segundo palo y puso un balón que parecía llevar serígrafiado "Esto es para ti, Jorge" y el 10 colmenareño demostró como su cabeza no solo diseña goles, sino que redondeó el marcador con su testarazo.
Corría el minuto 88, y dio tiempo a poco más. Los tres pitidos del colegiado dieron por conseguidos los tres primeros puntos de la segunda vuelta.
La que anuncia la primavera aunque esté despidiendo Enero y dando la bienvenida a Febrero. La que encaramos sin mochila de piedras y deseosos de ser, cada jornada, mejores que la anterior. Y de hacerlo juntos. 6 goles que vienen de 6 asistencias. Y que se transformaron en seis abrazos.
Ya les dijimos unos párrafos más arriba, qué señalan esos abrazos.
Jugaron: Pablo (José Angel), Isma (Eme), Víctor (Ceve), Dani, Angulo, Castillo, Nevado (Eric), Maillo, Jorge, Anto y Adri.
