Sonando En Grande

Juvenil A


13/05/2014
Soñando en grande

JUVENIL A - E.F. Siete Picos Colmenar A


Resultado: 2 - 1

Fecha: 11/05/2014

Hora: 18:00

Estadio: Colmenar Viejo - Alberto Ruiz (Ha)

Un gol de Alex Ventura en el 95 dio la victoria al Juvenil A de la Agrupación frente al Siete Picos, en un partido pleno de emoción en el que cada equipo dominó una mitad.

Decíamos en la crónica del partido de ida que en los derbis se encuentra el significado puro de la competición deportiva. Queda a un lado la clasificación, el mejor o peor momento de cada equipo que la compone e incluso parece (ojo, parece) que los puntos pasan a un segundo plano ante la posibilidad de vencer al vecino, al compañero de trabajo o de clase.

Colmenar (municipio) tiene una cultura futbolística tan activa como arraigada, y no faltan ejemplos que lo corroboren, como una liga de futbol sala con cuatro divisiones, competiciones de fútbol siete, etc… Pero no solo cuenta con esa cultura. El municipio canaliza (y en parte aglutina, con jugadores de municipios cercanos) un gran potencial futbolístico distribuido en sus tres escuelas y eso produce recurrentes choques de este tipo, en los que todos sacan hasta la última gota de esfuerzo.

Colmenar (Agrupación) tiene un grupo de futbolistas en su Juvenil A que han decidido honrar la historia de ese escudo. Habrá quien piense que estamos exagerando. Para los excépticos, doy dos datos. El primero, que el ascenso a categoría Nacional es, a estas alturas de la temporada en las que todo se decide, algo plausible. No es un objetivo fácil. Pero es tan difícil como posible. Y el segundo, que tenemos las circunstancias han determinado incluso que a estas alturas tengamos un partido menos que algunos de nuestros competidores para tal fin, y varios cruces pendientes con ellos. Y lo mejor de todo, sentimos que no tenemos nada que perder, pero sí mucho por ganar.

Perdonen si no me levanto a aplaudir, pero tengo una crónica que redactar.

Dejemos los números y volvamos al césped. No parece descabellado decir que cada equipo tuvo una mitad bajo su control. En el primer acto del encuentro, el equipo franjirrojo se encontraba cómodo sobre el césped y el balón circulaba de manera fluida ante un Siete Picos que en esta primera mitad parecía algo más agazapado buscando dar algún zarpazo por la vía del juego directo. Tras un inicial intercambio de amagos, finalmente fue el Colmenar el primero en golpear. Tras una combinación en la zona de tres cuartos, Mansilla habilitó a Julián dentro del área y el 8 colmenareño no perdonó, poniendo la sonrisa en la parroquia local, quienes junto a la afición visitante dieron gran ambiente al encuentro. El Siete Picos tuvo ocasión de empatar el encuentro prácticamente en la siguiente jugada, pero Adrien, sin capa de Superman aún, solventó con maestría una jugada en la que el rival incluso había superado a Durán, portero, capitán y guardián de nuestros sueños si me apuran. El encuentro comenzó a tornarse en un caramelo envenenado para el Colmenar, quienes veían como transitaban por el centro del campo sin excesivos problemas para llegar al área rival. Sin embargo, una vez allí, el portero rival crecía y acabó desbaratando varias ocasiones en las que los locales casi cantaban el segundo gol, como en un libre directo ejecutado por Diego en el que el portero demostró que tan importante es saber utilizar las manos como los pies, homenajeando a Casillas en la final de Champions de 2002. El árbitro decretó el descanso y las expectativas eran buenas para el Colmenar, parecía que el gol de la sentencia era cuestión de minutos y el rival había acumulado amonestaciones en varios de sus jugadores clave.

Pero entonces Siete Picos dio el paso al frente que el partido requería, y su afición merecía, o viceversa. Y comenzaron paulatinamente a asumir el control en las zonas claves del rectángulo de juego. Ya no se jugaba cómo y dónde interesaba al Colmenar, sino que el conjunto amarillo abandonó la munición de fogueo y comenzó a tomar posiciones. Los minutos, como suelen ocurrir en estas ocasiones (en esto no influye que sea derbi o no), comenzaron a pasar despacio para el equipo en ventaja, parecía que el calor empezaba a mermar los ánimos tanto como las fuerzas. El Colmenar fue introduciendo paulatinamente nuevos protagonistas al partido buscando tanto frescura de piernas, como de ideas, aparte de ir solventando diferentes contratiempos que iban surgiendo. Y con el último cambio recién incorporado, con todas las cartas sobre la mesa, el rival dio el puñetazo en la mesa, cambiando el “momentum” del choque. El delantero rival aprovechó una indecisión de la retaguardia franjirroja para acabar poniendo el empate en el marcador, alegría en los suyos y generar la duda en el equipo local. Quedaban 10 minutos por delante y nadie en el campo era capaz de afirmar a ciencia cierta como se acabarían repartiendo los puntos. El gol evidentemente supuso un balón de oxígeno para el Siete Picos, quienes veían como ya habían hecho lo más difícil y el confeti podía estar a punto de caer en su honor.

Y entonces, cuando cada córner visitante parecía iba a ser rematado por quince jugadores, cuando a cualquier equipo del universo le hubieran temblado las piernas. Ocurrió. De nuevo. A este equipo no le temblaron. Este cronista no recuerda bien como llegó aquel balón al área rival. Recuerda ponerse de pie, mirar su cronómetro y leer como marcaba 49 minutos, 40 segundos. Recuerdo que el balón caía y me pareció ver que alguien remataba a puerta pero el balón se convertía en un rechace corto. Recuerdo que alguien me agarraba del brazo cuando vi las manchas rojas del balón dirigirse hacia Alex Ventura con la red tras de si. Y ver al 11 colmenareño empotrar el balón. Y correr, y correr, y gritar, y abrazarnos, y oir los gritos de alegría en la grada, los “vamos!” de una piña dispuesta a sacrificar horas de ocio, de risas, de hacer kilómetros por un sueño que cada vez estaba más cerca. Que está cada vez más cerca.

Colmenar (municipio) tiene la suerte de contar con gran tradición y cultura futbolística, que acaba resultando en equipos como los dos Juvenil A que se enfrentaron este domingo 11 de Mayo de 2014, capaces de ofrecer un espectáculo deportivo en el que nadie puede levantarse hasta los tres pitidos finales del árbitro, cargado de emotividad. Considero justo decir que si los locales podemos decir que esta fue una gran victoria es porque tuvimos enfrente un gran equipo, grandes jugadores y cuerpo técnico, que nos obligaron a sacar de nuevo lo mejor de nosotros mismos para poder llevarnos una victoria.

Y Colmenar (Agrupación) tiene un Juvenil A que un día se ganaron el derecho a soñar, y han (hemos) decidido soñar en grande.

Ahora sí. Perdonen que me levante a aplaudir.

Sueñan en grande: Durán, Marlon, Rober, Sarri, Edu, Adrien, Villa, Julián, Alex Romero, Julio Serrano, Alex Ventura, Kike, Aguirre, Johan, Mansilla, Diego, Alex Gil, Asier, Carlos Forcano y Uge. Y los que les rodeamos.

CARGANDO... POR FAVOR ESPERE